Los primeros kilómetros los hacemos por carretera hasta Villavieja a un buen ritmo pese al mal estado del firme casi una media de 27 km/h, ya llegando se notaba la fuerza del sol y nuestros primeros sudores primaverales, allí paramos y recuperamos líquidos.
Desde Villavieja continuamos nuestro camino ya por tierra subiendo hasta una loma desde la que divisábamos todos los alrededores en varios kilómetros gracias al día tan bueno que hacía. Desde allí a través de una bajada muy rápida y técnica con muchas piedras sueltas y rocas que sortear llegamos a la vera del río Yeltes el cual va muy crecido. A través de una vereda que discurre a lo largo de su margen llegamos al merendero de Villares donde recuperamos fuerzas para el camino que nos quedaba.
Después de un rato de descanso seguimos la ruta cruzando el pueblo y cogiendo un camino que sale a la izquierda del cementerio y que nos lleva rápidamente a nivel del rio de nuevo donde nos encontramos los primeros charcos del día que nos sorprenden por su profundidad y nos hacen mojar los pies. Desde ahí empezamos un ascenso muy técnico y duro, primero a través de un callejuela y posteriormente a través de una finca por un sendero estrecho que no da margen al error ya que podemos caer hacia el río. Una vez que salimos de la finca llegamos a Pedroálvaro donde el calor aprieta de lo lindo y por donde a través de pistas llegamos hasta la carretera de Pozos de Hinojo la cual cogemos hasta llegar a Yecla. Desde ahí decidimos abandonar la carretera y dirigirnos por un camino hacia Moronta el cual nos encontramos lleno de barro y encharcamientos. En este camino terminó de griparse un pedal de Jesús Medina lo que le produjo una herida y llegar dolorido hasta nuestra meta en Vitigudino.
Ya en Vitigudino como es habitual disfrutamos de unas cañas en el bar de Carlos las cuales agradecimos dado el calor que ya empezamos a soportar y que echábamos de menos después del invierno que hemos pasado.
LA RUTA
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